Consejos para aprender (bien) un idioma extranjero
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Nuestra experta Natalia P. Herrasti cree que para aprender un nuevo idioma es muy importante la actitud, la estrategia y el escalonamiento del aprendizaje.
A lo largo de 19 años he acompañado a miles de estudiantes, alemanes y de otras nacionalidades, en su proceso de aprendizaje. Los que alcanzan un nivel excelente de español suelen tener características comunes. Vamos a ver algunas de ellas, que pueden servir como consejos.
Actitudes (Inteligencia emocional). Estos estudiantes no conciben aprender un idioma como un trabajo duro, arduo, lleno de esfuerzo y “sudor” anímico e intelectual. Para ellos, es un reto estimulante, divertido, una afición que les ilusiona. La consecuencia lógica es que le dedican tiempo y lo hacen con gusto. Se “sumergen” en la nueva lengua con fruición, pasión e intensidad. Se zambullen en la piscina de cabeza y gozan del baño.
Estrategias: Estos estudiantes que alcanzan un nivel excelente en una o varias lenguas extranjeras no tienen el cerebro más grande, ni más neuronas. Simplemente, organizan mejor el proceso de aprendizaje, gestionan mejor sus emociones, y procesan mejor la información.
Escalonamiento: Tienen un alto grado de autonomía. Saben dirigir su proceso de aprendizaje, son capaces de tomar decisiones acertadas. No son atolondrados, ni aturullados. No se empapuzan el cerebro con muchas más palabras por sesión de las que pueden aprender a largo plazo. No intentan comprender ni aprender todas las palabras de un texto nuevo. No pretenden aprender palabras que no corresponden a su nivel. Tienen criterios para decidir qué palabras buscan en el diccionario y cuáles dejan de lado, cuáles son imprescindibles y necesarias y cuáles no.
Antes de recurrir al diccionario tratan de deducir por el contexto, de movilizar su capacidad para pensar, deducir. No rehuyen la dificultad, pero también saben que el aprendizaje está en tu nivel +1. Es decir, lo muy fácil no te hace aprender, lo excesivamente difícil puede sobrepasarte si no sabes adaptar la tarea a tu nivel proponiéndote tareas realizables, por ejemplo, no entender el texto al 100% sino averiguar determinadas informaciones.
Zambullida: Buscan oportunidades para aprender la lengua de manera natural: usándola. Escuchar canciones, ver películas, leer libros, artículos… No tienen miedo a los textos auténticos, los de la vida real, no los elaborados para libros de texto. El reto les estimula, saben usar estrategias para entender el máximo con el nivel de lengua que tienen, y la experiencia de éxito estimula su confianza para seguir.
Saben tirar del ovillo: ante un texto o una película, agarran aquello que sí han entendido y a partir de ahí toman todos los elementos que ayudan (contexto, imágenes, títulos etc.) para reconstruir todo lo posible de lo que no entienden en un primer momento.
Comprensión auditiva: Cuando se hace a los aprendices escuchar se les somete a la prueba del algodón. Pocas situaciones reflejan mejor la inteligencia emocional de las personas, su capacidad de gestionar emociones como la frustración. Sobre todo al principio la comprensión auditiva causa cierto histerismo en los aprendices, mucho más en un examen, por fácil que sea, por asequible que resulte la tarea. Ese histerismo les bloquea, y ya no escuchan nada ni son capaces de concentrarse y sacar el máximo provecho a sus capacidades. Eso es lo que hacen los aprendices torpes.
Los que alcanzan un nivel excelente en seguida se obligan a tranquilizarse y concentrarse, se marcan un modo de trabajo, unos objetivos, y siguen adelante. Piensan algo así como: vale, no lo estoy entendiendo todo pero sí algo. ¿Qué estoy entendiendo? Agarra ese cabo del ovillo y a partir de ahí tira y reconstruye todo lo que puedas. Al final tienen la agradable sorpresa de ver que han podido solucionar la tarea sin problemas aunque no hayan entendido todo y esa experiencia de éxito es un acicate para seguir. Se ven a sí mismos dentro de un mes o dos entendiendo mucho más, con mucha más soltura si siguen trabajando a ese ritmo, y eso les motiva a dedicar cada vez más tiempo, con más entusiasmo. Saben automotivarse. Inteligencia emocional.
Cultura y comunicación: No olvides que los errores culturales impiden mucho más la comunicación que los lingüísticos. Libros como “Hispanos en Alemania. Sintonizando una nueva cultura” o “Gramática de la cultura” te ayudan a no cometerlos. Abajo y a la derecha tienes información sobre ellos.
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